Con motivo del día internacional de la mujer, en Envita te traemos una entrevista a Macu Moreno, mejor conocida como “abuela vegana” en sus redes sociales. A sus 66 años es una mujer con espíritu aventurero que desprende alegría, ilusión y creatividad. Ha sido maravilloso conocer su historia de vida y ser testigo de todos los proyectos que lleva a cabo. Macu es un ejemplo de superación, fortaleza, optimismo y pasión por la vida.
Antes de nada, queremos agradecerte este espacio que nos brindas Macu. Es un honor para Envita contar con tu presencia. Desde que conocimos tu proyecto en redes sociales estamos enamorados/as de tus historias, anécdotas y, por supuesto, de tus recetas de cocina.
Gracias a vosotras por la propuesta, me hace mucha ilusión.
Desde Envita trabajamos para impulsar un cambio de mirada social en la forma de entender la vejez. Creemos que la voz de las personas mayores es fundamental para el desarrollo de la sociedad. ¿Qué te parece este cambio de modelo de “tercera edad” a “tercera vida”?
Me parece muy acertado el cambio de “tercera edad” a “tercera vida” porque cumplir años es sinónimo de vivir experiencias. Realmente empieza una nueva vida al dejar de trabajar porque una se puede dedicar a lo que más le gusta. Además, energía a las personas mayores no nos falta. Yo me veo con mucha más energía que mucha gente joven de mi entorno. Tengo muchas ganas de vivir y de seguir aprendiendo. Es una cuestión de actitud. Yo me crie en el franquismo y aunque era muy revolucionaria, tengo muchos pensamientos que me gusta renovar. No me cierro a nada, aprendo muchísimo de mis hijos/as, de los/as amigos/as de mis hijos/as y también de mi comunidad en redes sociales. Me escriben muchas mujeres y hablar con ellas me enriquece.
En algunas de las publicaciones que compartes con tu comunidad cuentas anécdotas de tu infancia y juventud y las relacionas con recetas que realizas hoy en día. Nos parece precioso porque creemos que la historia de vida es una parte esencial del presente. Por eso, ¿Nos cuentas un poco tu historia?
¡He hecho un pequeño resumen! (risas). Nací en Vigo, viví siempre allí con mi madre y mis hermanos y a los 22 años mi vida dio un giro muy grande, empecé a estar más en contacto con la naturaleza. Empecé a sentir mucho respeto hacia todo lo que está vivo, veía el mundo de una forma diferente. Me iba sola a acampar a las Islas Cíes o a las Islas Ons. ¡Pasaba un poco de miedo! A partir de ahí abandoné definitivamente la alimentación carnívora. Hacía solo 4 años que se había acabado la dictadura y mi estilo de vida era bastante diferente. Mi madre, que nació en el año 1926, me apoyó un montón, incluso empezó a comprar más verduras. Esas decisiones me hicieron crecer mucho como mujer y como persona.
Mi pareja y yo compramos una finca en una aldea e hicimos una casa muy pequeña, pero a lo largo de los años la fuimos ampliando porque empezaron a venir los/as niños/as, tuvimos 8, viven 7. Mis hijos/as se criaron felices en la naturaleza.
La historia de vida de las personas es importante porque cuando conocemos el pasado podemos disfrutar mejor del presente. Además de la cocina, ¿podrías contarnos alguna otra afición o hobbie que llevas a cabo en tu tiempo libre?
Me encanta probar recetas nuevas y compartirlas con mi comunidad de Instagram y Facebook. Además, me gusta mucho viajar, la fotografía y cuidar mi huerto. También me gustan mucho las plantas, ¡tengo miles de plantas! Las voy cambiando según la estación del año. Me sigue encantando disfrutar de la naturaleza. Mientras paseo, observo cómo va cambiando el entorno: lo que ayer era una plantita cerrada, hoy está abierta. Todo cambia, aunque camino por los mismos sitios, para mí siempre es diferente. Por eso aprendo mucho de la naturaleza, porque cada día es diferente. Me gusta muchísimo caminar. La panadería más cercana a mi casa está ubicada a 6 km y muchos días nos vamos a buscar el pan caminando ¡nada de coger el coche! Me encanta estar con mi pareja, mis hijos/as y mis nietos/as. ¡Hay que darle vidilla a la vida!
En Envita defendemos que hablar de vejez también implica planificar el futuro, porque las personas también somos las metas que anhelamos conseguir. ¿Hay algún sueño que hayas hecho realidad hace poco? ¿Y alguno que te gustaría cumplir?
Hace poco asistí a la primera feria vegana de Vigo y además ¡me hicieron una entrevista! Llevo 44 años siendo vegetariana y nunca había asistido a un evento así. Para mí vivir eso fue un gran sueño. Todos/as decían “¡una abuela vegana! ¿De dónde salió?” ¡Todo el mundo me reconocía! Me daban las gracias y querían fotos conmigo. ¡Tengo fotos con media feria! (risas).
Hace unos años, cuando era dueña de un bar, también me hicieron una entrevista para la tele, porque cociné los primeros callos veganos de mi pueblo ¡fueron un éxito!
El año pasado probé el parapente, nunca fue mi sueño, pero me lo plantearon, me gustó la idea y no dudé en lanzarme. ¡Me pareció tan bonito! En los videos me veo como una reina. Es un espectáculo ver la naturaleza desde arriba. Hace unos días una de mis hijas me preguntó si me gustaría lanzarme en paracaídas y…¡ya lo estamos planificando! (risas).
Me encanta enseñar mis recetas porque a la gente le gusta un montón. Hay gente que tiene dudas y a mí me gusta mucho ayudar, les respondo por privado, dándoles consejos. A veces, cuando hacen mis recetas, las comparten en sus historias. Mi cocina es muy sencilla y tradicional, es “la cocina de toda la vida”, la que yo aprendí a hacer en casa de mi madre, pero adaptada al veganismo. Comemos muy bien, estamos sanos/as y eso a la gente le transmite confianza. Tuve muchos/as hijos/as y somos un ejemplo de que todo salió bien. Estamos sanos/as y eso ayuda a que la gente pierda muchos miedos. Mi comunidad es encantadora. Es un público muy joven, personas mayores somos muy poquitas. Creo que es muy importante que poco a poco haya más personas mayores en las redes sociales porque es muy bonito compartir espacios. Gracias a ellas he conocido a mucha gente. Además, tengo muchos primos/as que viven en otras partes de España y ahora me siguen por Instagram y gracias a eso hemos retomado el contacto. Sienta muy estar en contacto unos con otros.
Hay olores, sabores, texturas…que nos trasladan a momentos de nuestro pasado y nos ayudan a conectar con quienes somos. Macu, ¿Cómo influyen los recuerdos de tu pasado en la elaboración de tus recetas de cocina?
¡Influyen muchísimo! Hay una receta que me traslada a mi infancia, porque a mí de pequeña me encantaban los potajes y ¡odiaba el pescado! Yo olía el pescado cuando mi madre lo cocinaba y lloraba (risas). Me escapaba, me iba a dar una vuelta por el pueblo y mi tía me decía: “¡Macu, tengo potaje!” Y, poco a poco, todas las vecinas me avisaban cuando tenían potaje porque yo iba a sus casas a comerlo y los/as niños/as de las casas me veían y también se animaban a probar el potaje. ¡Me usaban de conejillo de indias! (risas). Terminé siendo “la maestra de las lentejas y los garbanzos” en mi pueblo.
Preparar lentejas me traslada a momentos con mi madre y con mi tía Maruja. Eran dos mujeres maravillosas, fuertes y luchadoras. Cocinar sus lentejas me trae muy buenos recuerdos. Siento que estoy siguiendo su estela.
Has elegido un modelo de vida distinto al esperado. ¿Cómo ha sido seguir ese estilo de vida acorde a tus valores? Nos gustaría saber tu opinión con respecto a los cambios que se han dado en relación al rol de las mujeres en la sociedad.
Creo que en el tema de la conciliación familiar todavía queda mucho camino por recorrer. A lo mejor en algunas profesiones es más fácil, pero en general es muy complicado conciliar. Por ejemplo, yo ahora estoy en Lanzarote ayudando a mi hija con el cuidado de mi nieto. Y lo veo en general con mis hijos/as, que a veces se ven desesperadas porque hay pocas facilidades laborales con respecto a los cuidados. Otro tema que me preocupa mucho es la violencia contra las mujeres. Lo veo como una plaga que cada vez crece más. En general creo que se ha avanzado mucho, pero todavía queda mucho por hacer.
Sabemos que eres abuela de 7 nietos/as…¡seguro que son o serán tus seguidores/as! ¿Qué consejo le darías a las personas jóvenes?
Que solo se vive una vez. Que valoren el medio donde vivimos porque la vida es muy bonita, pero hay que cuidarla y mantenerla. Si empiezas a cuidar de tu entorno, te cambia la vida. Al final estamos aquí “de paso” y hay que cuidar el entorno para dejarlo lo mejor posible para todos/as los/as que vendrán. Todos/as somos muy diferentes, creo que es muy importante la educación y la humildad. También creo que lo que de verdad vale es el ejemplo, lo importante es lo que haces día a día, porque cada día “tiene su aquel”.
Recuerdo que como madre fallé muchísimo y me decía a mí misma “bueno, mañana lo haré mejor”. Ahora sigo haciendo lo mismo, intento tener cada día más paciencia, empatía y tranquilidad. ¡No vale la pena agobiarse tanto! La mayoría de las preocupaciones no valen la pena, ¡desconecta y duerme! (risas).